Por allá por los años 90, cuando estaba en mis años de instituto, empezaba a experimentar lo que era trabajar en equipo. Los profesores nos asignaban trabajos donde necesitábamos organizarnos, planificarnos y ponernos “manos a la obra” para entregar un documento y en la mayoría de las veces, hacer una presentación para el resto de la clase. Recuerdo de forma especial un día que tocaba hacer la presentación de un trabajo y una de las personas del equipo no asistió (no viene al caso analizar la ausencia de esta persona…), por lo que yo asumí su parte, sin tener ni pajolera idea de lo que iba a decir ante una clase de unas 40 personas. La pasé fatal, no ha sido mi mejor intervención en público definitivamente. Tenía yo unos 14 años, y desde ese día entendí que cuando se trabaja en equipo, si me quedo solamente con mi parcela corro un riesgo a nivel individual, además, y no menos importante, corre riesgo el resultado que como equipo se desea obtener y éste tiene un valor incalculable.
Esta anécdota de mi juventud me da pie para introducir las cuatro claves que considero básicas para que un equipo logre losmejores resultados, usando los recursos de manera óptima y permitiendo el despliegue ideal (complementariedad y equilibrio) de las habilidades de todos y cada uno de sus integrantes. Los equipos que logran esto, son definitivamente, de alto rendimiento. Este alto rendimiento se logra sistémicamente, es decir, todas las partes (individuos) del sistema están alineadas y conectadas, metafóricamente hablando, para que desde su actuación individual se logren repercusiones en conjunto: “El todo es más que la suma de las partes” Aristóteles.
Haciendo referencia nuevamente a la historia del inicio, cabe resaltar la presencia y al mismo tiempo la ausencia de esa primera clave que considero básica y es fundamental que aparezca a lo largo de la vida de cualquier equipo; me refiero al compromiso. Yo, en ese trabajo escolar tenía un compromiso limitado, individualista; el compromiso que se requiere cuando trabajamos en equipo debe traspasar nuestra individualidad para conectar con el sentido y la necesidad de lo que representa el equipo al que pertenecemos; si yo no me comprometo realmente con lo que aspira lograr el equipo, los resultados no serán tan óptimos como podrían, mis expectativas individuales pueden ser cubiertas pero no necesariamente las que surgen por formar parte de algo que va más allá de mí. Al forma parte de un equipo es primordial comprometernoscon las expectativas que surgen del sentido de pertenencia y de la necesidad de poner al servicio del equipo lo que soy y hago de la mejor manera, así como las expectativas colectivas, las que se construyen entre todos los integrantes del equipo.
En el segundo puesto está la Comunicación. Eseproceso que nos caracteriza como especie, que nos permite mostrar nuestro mundo y recibir información del mundo de los demás. La base de cualquier relación es la comunicación; no hay relación sin comunicación y el equipo es en esencia relacional. Funciona a través de relaciones que se dan para que exista y evolucione. En cualquier equipo de alto rendimiento la conversación es la herramienta de efectividad por excelencia; conversar de forma oral, gestual o de manera escrita, nos permitirá establecer acuerdos, determinar planes, entregar y recibir feedback; en resumidas cuentas, nos permitirá actuar. El lenguaje es acción y el equipo que habla, que conversa, que se comunica, ya está actuando.
Anclándose en la comunicación, aparece en tercer lugar la confianza. Para poder confiar necesitamos experiencias de interacción, donde apreciemos lo que es trabajar con otro, con otros, donde se afiancen los estilos de respuesta y de trabajo de cada quien, donde conozcamos al resto para que inteligentemente sepamos modular nuestro comportamiento para sacar lo mejor de ellos. La confianza se eleva como esa esencia que le debe dar espíritu al equipo que quiere ser excelente; es fundamental creer en el resto, en sus capacidades y en su compromiso. Este tema de la confianza, como muchos otros en las relaciones, funciona como un espejo: la mejor manera de que los demás confíen en nosotros, es que nosotros confiemos en los demás.
“No hay viento favorable para el marinero que no conoce su puerto”. Saber hacia dónde se dirige, tener claridad sobre las metas, es la gasolina que moviliza a un equipo. No podemos aspirar que un trabajo se haga bien si la meta que se persigue no se ha definido de forma clara, específica, concreta, medible, puesta en el tiempo y estructurada. Soy partidaria de dar rienda suelta a los estilos de cada integrante del equipo, eso nutre y enriquece al equipo como ente; sin embargo, no podemos olvidar que siempre, siempre, SIEMPRE, debe quedar muy bien definido lo que se persigue, los resultados que se quieren obtener y los tiempos con los que contamos.
Espero que este pequeño recorrido por las cuatro claves fundamentales del equipo de alto rendimiento no te hayan dejado indiferente; espero, más bien, que te haya removido algo por dentro, suscitado ideas y también, ¿por qué no? preguntas. Y a propósito de preguntas, cierro este post haciéndote una: ¿Qué puedes hacer diferente en tu equipo para que se acerque más a un estado de alto rendimiento?
Mari Carmen García
Consultora TMI Spain
Fuente: http://www.tmi.es/blog/2016/03/las-cuatro-claves-de-los-equipos-de-alto-rendimiento