Pareciera que es necesario pasar por épocas difíciles a nivel económico, social y hasta político, para que las personas tomen mayor consciencia de lo que son, hacen y pueden hacer con sus vidas profesionales. Y no hablamos solamente de aquellas que, luego de haber pasado por procesos donde se prescinde de sus servicios en empresas, deciden arriesgarse en proyectos nuevos y con alto grado de incertidumbre en cuanto al éxito, sino también de aquellos que permanecen desempeñando sus funciones en organizaciones que se benefician por sus horas de trabajo y les retribuyen, obviamente, por esta labor.
La reinvención profesional se eleva como una gran protagonista en el proceso que inicia una sociedad entera para resurgir en una época de recesión económica, porque por un lado se están produciendo constantes proyectos, cargados de creatividad, pasión, ingenio y compromiso, llevados a cabo por personas que quieren generar progreso, y por supuesto, beneficio económico y en muchos casos, beneficio social. Y por otro lado, una importante cantidad de profesionales que siguen trabajando por cuenta ajena, toman más consciencia de lo que vale su trabajo, de cómo ser más productivos y eficientes, se preocupan más por generar valor en sus empresas, de cooperar más, de ser mejores profesionales.
Quizá todo esto se dé únicamente en un sector de la población, pero es suficiente para sentir que gracias a estas “reinvenciones”, caracterizadas por la creatividad, la pasión, el ingenio, el compromiso, la productividad, la eficiencia, la cooperación y la excelencia en la vida profesional de las personas, es posible encaminarse hacia el renacer económico y social que tanto necesitamos y queremos.