Con los tiempos que corren, las personas necesitamos generar mecanismos propios para mantener el ánimo ante las adversidades, para levantarnos si hay algún tropiezo por ahí, para reafirmarnos en lo que somos, hacemos y anhelamos. Creo que a estas alturas del conocimiento humano, no es un secreto para nadie que es mucho más fácil lograr nuestras metas cuando tenemos una actitud más positiva. Y la actitud no es solamente comportarnos de tal o cual manera: sonreir a menudo, decir cosas bonitas, esperar cosas buenas; es mucho más profundo que esto cuando es genuina.
Pero hoy no voy a hablar de dónde viene una actitud positiva genuina. Hoy voy a compartir tres ideas que considero fundamentales y muy sencillas, para lograr ser nuestros propios motores generadores de energía, nuestro mejor combustible, nuestros mejores maestros vitales. Y cabe destacar que la idea me llegó de sopetón, no sé si del más allá o del más acá, mientras tendía la ropa (porque aprovechando que no está lloviendo, estoy lavando todo lo que puedo). Como soy una ferviente creyente de que a los impulsos hay que hacerle caso, aquí voy con estas tres claves básicas para automotivarnos (capacidad de mantener el ánimo, la perseverancia y el optimismo ante la adversidad):
- Pon el foco en lo positivo: Imagina que tienes una linterna constante en tu mente, ¿hacia dónde suele alumbrar? ¿hacia lo que está peor en tu vida personal, en tu trabajo, con tus amigos, con tu familia o hacia aquellas cosas que te aportan, te dan tranquilidad, certeza de que vas por el camino que has decidido, que te conectan contigo o con los demás de la mejor manera? Si eres de los que suele dejar que su linterna mental apunte hacia el «lado oscuro» (según George Lucas, dícese de aquel estado del individuo cargado de fuerza, que está basado en el miedo y en la desesperanza), te invito a cambiar el foco (pásate al lado de los Jedis jajajaja) y a empezar a iluminar aquello donde aprendes, donde evolucionas, donde te reafirmas en que todo esfuerzo tiene su mérito, donde caes en cuenta que vivir es gratificante.
- Déjate enomanorar: Esta frase salió en una sesión de coaching donde hablaba con mi cliente del tema de las expectativas, hablábamos de eso que muchas veces intentamos hacer de «no esperar nunca nada» pero que puede limitarnos mucho. La gestión de las expectativas es un tema muy común actualmente, pero el hecho de que seamos capaces de gestionar nuestras expectativas (ser «optimistamente realistas») no debe lanzarnos a ser unos desilusiona’os y ¿a dónde quiero llegar con esto?, pues a la máxima de que «sin ilusión se hace muy cuesta arriba vivir»; la ilusión debería ser un componente fundamental de nuestro paso por esta dimensión llamada vida (estoy viendo muchas pelis del espacio, sí, lo sé ;)) Ilusiónate, déjate cautivar, déjate enamorar por lo que haces, por lo que emprendes, por lo que sueñas.
- Dedícate tiempo a ti: pensar en nosotros es fundamental para mantener ese ánimo que tanto necesitamos para vivir plenamente. El año pasado tuve la maravillosa oportunidad de impartir unas charlas cuyo eslogan me sigue pareciendo fantástico: «pensando en la persona con la que pasarás el resto de tu vida: tú mism@» y a esto precisamente me refiero cuando te digo que una de las claves fundamentales para automotivarnos es dedicarnos tiempo a nosotros. Aquí entra hacer con la periodicidad que necesitemos, cualquier cosa que nos satisfaga, que nos nutra, que nos haga sentirnos que nos queremos, que nos valoramos, que buscamos el equilibrio en nuestra vida y que pensamos en nuestro bienestar, en nuestra felicidad. Deporte, hobbys, actividades de esparcimiento, ir a la peluquería, a un museo, a un curso de un tema que me interese, estar con gente querida (familia y/o amigos), dedicarle un buen rato a leer ese libro que desde hace tiempo me habla diciéndome «léemeeeeeee»; en fin, pueden haber una grandísima variedad de actividades que nos reafirmen en la sensación asociada al «yo me quiero, mucho mucho, y me dedico tiempo».
Estoy completamente segura que si tomamos en cuenta estas tres claves y nos ponemos manos a la obra con aquellas cositas pendientes que contribuirán a mantener nuestro ánimo a tope, vamos a ver diferencias interesantes y que «molan» en lo que somos y hacemos.