Son capacidades, habilidades que se pueden desarrollar con destreza destacable. Por lo general, se detecta cuando se observa una facilidad especial para realizar alguna actividad. Los talentos no garantizan el sobresalir o destacar en alguna disciplina o campo, la presencia de talento es un gran paso a lo que puede ser «brillar» y ser virtuoso pero no es garantía de ello. El talento para poder tener sentido, desarrollado plenamente y aportarle algo a la vida de la persona (y a la de otros) debe estar acompañado de dedicación, disciplina, constancia y pasión; sin éstas otras virtudes, queda estéril.
¡Explota tus talentos! ¿Cómo?:
- Cuando estés en pleno desarrollo de un talento, permítete fallar. Los procesos profundos de aprendizaje incluyen una amplia gama de equivocaciones.
- Equilibra la autocrítica con el reforzamiento. Sé capaz de observarte para saber en dónde hay que seguir trabajando para mejorar y también desarrolla la habilidad de reconocer aquellos aspectos que ya domines la mar de bien.
- Si has descubierto un talento que tienes pero no sabes si realmente vale la pena desarrollarlo, pregúntate: ¿cuánto aumentará mi sensación de felicidad si decido desarrollarlo? y si lo desarrollo, ¿cuánto aportaré a mi vida y a la de los demás?