Hoy hemos amanecido un tanto filosóficos y es que responder esta pregunta puede marcar la diferencia al momento de conectarnos con nuestras más profundas motivaciones, con las razones que nos mueven a levantarnos cada mañana y cumplir con nuestros compromisos laborales, conectarnos con los valores en los que nos basamos para ser y hacer. Responder esta pregunta a consciencia, puede abrir un sinfín de posibilidades y perspectivas que muy probablemente, impacten directamente en nuestros pensamientos y en nuestras conductas.
Entonces, si te preguntamos en este momento: ¿para qué trabajas tú?, ¿qué responderías? La respuesta inmediata, en muchas ocasiones, es “para poder vivir”. Y si nos ponemos un poco “tocanarices”, te podríamos hacer otra pregunta: ¿qué es vivir para ti? Quizá, en este momento o nos mandes a freír espárragos o decidas seguirnos el rollo a ver a dónde queremos llegar y aquí aprovecharemos la oportunidad para exponerte algunas cuestiones que nos parecen interesantes 😉
La respuesta a la última pregunta podría tener miles de respuestas, quizá millones, porque podrían haber tantas interpretaciones como cerebros pensantes hay en el mundo:
– Vivir es tener dinero para pagar las cuentas
– Vivir es poder cubrir mis necesidades y las de mi familia
– Vivir es tener alguna ocupación y poderme desarrollar
– Vivir es que mi familia se sienta orgullosa de mí y de lo que hago
– Vivir es hacer las cosas que me gustan y estar con la gente que quiero
– Vivir es desarrollarme como persona y ser feliz
¿Alguna no es válida? Por supuesto que no, todas son absolutamente válidas y dependerá de lo que es importante para cada quién.
Aquí proponemos nuestra perspectiva de para qué trabajar: “En el trabajo no solamente ganamos dinero. El trabajo es un entorno ideal para que las personas pueden derrochar toda su capacidad creativa, pueden contribuir con la sociedad, pueden trascender e impactar en otras generaciones, pueden hacer realidad sus sueños, pueden hacer cosas que les gustan, pueden relacionarse con otras personas, pueden hacer que nuestra especie evolucione y viva mejor, pueden continuar aprendiendo.” ¿Muy utópica?, quizá, pero creemos firmemente en que esto es posible mientras seamos nosotros, como individuos, los que determinemos cómo vivir, afrontar y aprovechar lo que nos sucede 😉
Si no estamos a gusto con nuestro trabajo, sería interesante que revisáramos ¿por qué está sucediendo esto?…
«Es que no me llevo bien con mi jefe…», «Es que me pagan fatal…», «Es que me pilla lejos de casa…», «Es que lo que hago no me gusta…», «Es que no se toma en cuenta a las personas…», «Es que no tengo posibilidades de crecimiento…». Así también podríamos estar un buen rato, enumerando unos cuantos “es que…” o causas de por qué no estamos a gusto en nuestro trabajo. El meollo de todo esto es donde ponemos el foco, ¿Solo en lo que me disgusta? Pues las posibilidades de que la pase mal trabajando son altísimas… pero, ¿Y si ampliamos las perspectivas?
Pon el foco en las cosas que te aportan, en lo afortunado que eres de tener trabajo y/o un buen jefe, en las posibilidades que se te abren aprendiendo y/o reforzando aprendizajes, en los compañeros que molan, en lo que aportas a la sociedad. Y si tienes una larga lista de “es que”, te invitamos a responder en cada uno de ellos: ¿Puedes hacer algo tú para que esto cambie?, ¿Has intentado hacer algo nuevo?
Ánimo y a disfrutar de la vida, que definitivamente, también se vive feliz trabajando 😉