Mis días terminan y mi sensación es que no hago tanto como podría, ¿cómo puedo cambiar esto?
Esta sensación de la que hablas la podemos asociar a ser «improductivo» y que se le suma, en muchas ocasiones, el cansancio y pensamientos del tipo: «Estoy perdiendo mi tiempo», «Nunca hago lo que me propongo», «Cuándo llegará el día que sienta que hice todo lo que tenía planificado». Cuando hablamos de tiempo, es fundamental que seamos conscientes de la importancia que tiene en nuestra existencia, porque es en el tiempo donde transcurre lo que llamamos «vida» y sería realmente ideal que pudiéramos invertirlo en aquellas cosas que nos llenan, que nos acercan a sentirnos autorrealizados, que nos conectan a lo que queremos ser y hacer. Luego de este preámbulo, mi consejo es que se revisen tanto los objetivos que se tienen (los pasajeros, operativos y práctivos – ¿qué busco con lo que hago? – así como los vitales y de trascendencia – ¿para qué hago lo que hago?), como las expectativas que se establecen; muchas veces pecamos de ambiciosos en nuestras planificaciones y perdemos la capacidad de ser realistas. Esto último lo que produce por lo general, son sensaciones de frustración, por no lograr lo que queríamos, y agobio, por cómo se perfila el futuro con «tanta» acumulación de «pendientes». Entonces, mi estimad@ amig@, busca formas de establecer planes y tareas que sean acordes a tu realidad, ve poco a poco, no te extralimites ni te exijas cosas que pueden rayar en lo extrahumano 🙂 y por supuesto, no olvides de reconocerte tus logros, por pequeños que sean, porque cada paso importa.